Hotel Rural Curia

Un hotel rural en un pueblo pequeño, rodeado de pinos y regentado por una familia encantadora. Ideal para una escapada tranquila, para desconectar, sin ruido, aire limpio. La habitación es sencilla, limpia, buen colchón. Es verdad que está algo apartado de lugares a visitar, pero cualquier pequeña deficiencia que tenga el hotel está mas que compensada por la atención, amabilidad y servicio de Mª Jesús, y sobre todo de su hijo Agustín, que junto a otras cualidades como la sencillez y su humildad, te hacen sentir en familia. Gracias, Mª Jesús, por ser el alma del hotel y Gracias, Agustín, por ser un ejemplo de vida. Seguid así

Me resultó incómodo por varia razones. Hay muchas escaleras y barreras arquitectónicas que son un incordio y el pobre chico aunque se esforzaba a tope obviamente no podía subir los bultos por falta de agilidad personal . El hostal está en un sitio o una ubicación a desmano, está lejos de la capital y en los alrededores no hay nada interesante. Es un pueblo minúsculo y no hay diversión ninguna, tampoco es un entorno maravilloso. El establecimiento está relativamente bien salvando que no hay ascensor y lo tienen muy limpio, pero no tienen ni bañera de hidromasaje y las televisiones son de la época de los reyes godos, la internet es lenta. El desayuno es a mi entender desacertado, las viandas son de las emplasticadas, nada es artesano y están como fiscalizando lo que coges. En resumen le doy dos estrellas más por el entorno que por el sitio en si

Estuvimos apenas un par de noches para poder visitar Dinopolis y hacer algo de turismo. La verdad es que a medida que uno conduce hacia El Castellar se da cuenta de que el concepto Rural está llevado a su máxima expresión y lo que se viene es un sitio tranquilo, con posibilidades de descanso. El Hotel Rural Curia está regentado por Agustín, su madre y su hermano; negocio familiar que tratan con mimo y detalle. Más allá de todo ello, creo que es importantísimo dar un primer punto: limpieza. No exagero, habiendo visitado gran cantidad de hoteles, si digo que es un Top-5 en cuanto a limpieza de los hoteles que he visitado. Espectacular. En cuanto a la habitación, cogimos una de 2 adultos y 1 niño en la que descansamos muy bien, buen colchón y unas maravillosas vistas al parque del Allosaurus (Lagarto Ibérico) y la iglesia. La entrada al hotel está al otro lado del edificio, en plena plaza central. El Castellar no ofrece grandes posibilidades gastronómicas, por lo que se agradece que den cenas a los huéspedes. Así, con platos muy básicos (raciones, tostada frías o calientes, platos, etc.), cubren la necesidad de manera más que solvente. Mención especial al Cachopo, muy sabroso. El desayuno es completo, con tostadas de varios tipos de pan, fruta, algo de bollería y cereales, aparte del necesario café de cafetera de hostelería (siempre un punto a favor). Importante: tanto para desayuno como cenas, el horario es de 8:30 a 10:00. Apenas recién llegados a casa, solo queda agradecer el trato recibido y la paciencia con nuestro hijo. Este hotel ratifica que no hace falta mirar hoteles en la capital para ir a ver Dinopolis, merece la pena desviarse un poco y disfrutar de la tranquilidad. Y no olviden hacer el Dinopaseo por El Castellar.