Fue una experiencia para olvidar, muy lejos de lo que uno espera al hospedarse en un hotel de su categoría, especialmente viajando en familia con niños pequeños. 1. Pileta climatizada peligrosa: Lo peor que nos sucedió durante la estadía, sin lugar a dudas, fue la experiencia con la pileta climatizada, que además fue el motivo principal por el cual elegimos su hotel. Al ingresar el primer día, el agua estaba a una temperatura tan elevada que resultaba peligrosa. Mi marido sufrió una baja de presión y nuestros hijos salieron con las piernas completamente coloradas. No se podía permanecer más de 10 minutos sin sentir malestar físico. Me acerqué a reclamar al área del spa y la persona encargada me respondió, de forma totalmente incoherente, que hacía calor afuera y que no podía controlar la temperatura del clima. Más tarde, cuando trasladé el reclamo a recepción, donde estaba presente la misma responsable del spa, me volvió a repetir que “no es una pileta para estar más de media hora”. Esa afirmación no solo refuerza mi sospecha de que el agua se mantiene a propósito en una temperatura excesiva para evitar que se junte gente —dado lo reducida que es la pileta para la cantidad de huéspedes—, sino que demuestra una peligrosa falta de criterio. Finalmente, me ofreció bajarle la temperatura, pero ya era tarde: estábamos por irnos, y el daño ya estaba hecho. Nunca viví algo similar en ninguna otra pileta climatizada. Fue una situación completamente inexplicable que nos arruinó la estadía por completo. 2. Kids Club inadecuado: El espacio destinado a niños pequeños no está bien pensado. Tiene una rampa/bajada en la que mi beba de 18 meses se tropezó constantemente. La oferta de juegos es muy pobre: un yenga de madera, un aro de básquet y dos caballitos de madera. Muy lejos de lo que se promociona como un “club infantil”. 3. Spa sin disponibilidad: Quisimos reservar masajes apenas llegamos y nos informaron que no había turnos en todo el fin de semana. Resulta incomprensible que un hotel de esta dimensión no tenga capacidad para brindar este servicio a sus propios huéspedes. Deberían ampliar la disponibilidad del spa o al menos reforzar su funcionamiento en fechas de alta demanda. 4. Sin opciones para almorzar: Llegamos al hotel desde el Museo de Ciencias Naturales a las 15:00 con nuestros hijos hambrientos. Fuimos a los restaurantes del predio y todos habían cerrado sus cocinas. Consideramos que, al menos para los huéspedes, debería haber una opción abierta para almorzar durante la tarde. 5. Confitería sin minutas: Finalmente recurrimos a la confitería del hotel como última alternativa, pero allí nos informaron que no ofrecían comidas ligeras. En resumen: no pudimos almorzar dentro del hotel. La suma de estos inconvenientes —pero sobre todo lo vivido con la pileta climatizada— hizo que nuestra estadía fuera frustrante, incómoda y muy por debajo de nuestras expectativas. Realmente espero que estas observaciones sean tomadas en serio y se traduzcan en
Traduire