Llegas a la habitación, entras al baño y se acabó todo, es lo que paso en este hostal. Hay cosas básicas que los hoteles deben cuidar, las sábanas y el baño. Si falla una de estas automáticamente es hotel que no merece nada. En la imagen puedes observar lo que conseguí. Si un hostal no es capaz de limpiar bien el baño, que se puede esperar de lo demás. Sin duda es una experiencia que no quieres repetir nunca. Este hostal está muy bien ubicado pero sin duda no aprovecha esto con un servicio de limpieza pésimo. No se si todo se juntó pero mi estadía fue un continuo proceso de desilusión, primero la recepción te hacen sentir que estás pidiendo un favor y casi suplicando que te atienda, un uniforme para los empleados podría proyectar una imagen más formal. Luego llegas al pasillo donde está tu habitación y el olor a sustancias prohibidas es de tal punto que parece que la plantación está allí mismo, llegas a la habitación y como no el olor está impregnado en todas partes, abres el baño y te consigues un regalo. En este punto ya lo viste todo y sabes que tu decisión fue un gran error. Una lastima porque en dos calles están en el corazón de Madrid, pero si no tienes diente para que quieres pan. Una noche de invierno con las ventana abierta con menos -1 grado afuera pero no hay de otra, el olor de la matica no sale y tu cabeza estará un poco ligera. Con el nuevo día el olor se fue por fin pero ahora es un olor a trapeador sucio con lejía que intenta cubrir olores pasados y ya sabes porque esta como esta la higiene. En fin si te vas a quedar en este hostal prepárate porque las sorpresas desagradables están en cada paso que das.
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