norecla
16 juillet 2025
Nos alojamos en el Hotel Rural Pajrapinta atraídos por las buenas reseñas de Google y con ganas de descubrir el encantador pueblo de Molinaseca. El hotel está prácticamente nuevo, muy limpio, bonito y bien cuidado. La habitación familiar en la que estuvimos tenía unas vistas preciosas a la iglesia del pueblo.
Sin embargo, al estar en el ático, sufrimos bastante calor durante el día; solo por la noche, al abrir las ventanas, se notaba algo de frescor, pero no fue suficiente hasta bien entrada la madrugada. La cama de matrimonio nos resultó pequeña (aproximadamente 130 cm) y, para personas altas como yo, no es del todo cómoda. Además, en nuestro caso, con problemas de espalda, no fue una buena combinación y nos levantamos con dolor. Al ser abuhardillada, la habitación limita bastante el espacio en varias zonas: tanto junto al WC como en ciertos puntos de la habitación, hay que estar agachado si eres alto. La ducha de hidromasaje tiene buena presión y funciona fenomenal, aunque echamos en falta más amenities, ya que solo había jabón de manos.
Otro punto a mejorar es la cantidad de enchufes. Viajábamos tres personas y, como ocurre en muchos hoteles, no hay suficientes tomas para cargar dispositivos. Por ejemplo, junto a la cama solo había un enchufe, ocupado por una lámpara. Por suerte, siempre llevamos con nosotros un adaptador múltiple.
El hotel está situado en una calle peatonal dentro del casco antiguo, lo que le da mucho encanto, aunque hay que tener en cuenta que no se puede aparcar en la puerta. Hay un parking gratuito a unos 400 metros, detalle importante para organizar la llegada y la salida.
El desayuno tiene un coste adicional de 5 euros por persona y es de tipo continental: incluye café, bizcocho, tostada y zumo de naranja. Aunque sencillo, es adecuado para empezar el día. Destacamos especialmente la gran amabilidad y hospitalidad del personal. Por motivos laborales necesitábamos quedarnos un rato más en la zona común para teletrabajar y no solo nos lo permitieron sin problema, sino que además nos ofrecieron café durante ese tiempo. También nos ayudaron con las maletas al llegar, ya que el hotel no dispone de ascensor. Tampoco cuenta con recepción 24 horas, algo comprensible dado el reducido número de habitaciones.
En resumen, el Hotel Pajrapinta es un alojamiento acogedor, bien atendido y con una ubicación perfecta para disfrutar de la tranquilidad y el encanto de Molinaseca. Algunos detalles del ático y del equipamiento podrían mejorarse, pero la atención del personal y el cuidado del lugar hacen que la experiencia sea en general positiva.
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