Invité
25 octobre 2022
Lo que menos me cuesta valorar es la poca profesionalidad de la camarera que nos atendió. Tomó nota de las bebidas, dos bebidas, y dos platos, dio un viaje para traer una bebida y para preguntar que más habíamos pedido (teniéndolo apuntado). La mesa no estaba limpia de los últimos clientes, le dimos el beneficio de la duda hasta que trajera la bebida o la comida, pero no sirvió de nada. Fuimos nosotros los que tuvimos que pedir por favor que pasara una balleta para retirar las migas y los restos de bebida antes de servirnos. Al pasar la balleta nos tiró todas las migas encima, sin inmutarse... cuando nos sirvió los platos no trajo cubiertos, y esperando a que volviera con ellos tuvimos que levantarnos (desde la terraza para ir al interior del local) a pedírselos para encontrarla sentada en la barra entretenida con el móvil. La comida nada especial, por no mencionar que las patatas de Olot, supuestamente rellenas de queso de cabra (como indica en la carta) estaban rellenas de carne. En definitiva, poco respeto por el cliente, poca atención al detalle y muy poca profesionalidad. En todo momento fuimos sumamente respetuosos, y no nos quejamos en ningún momento, pero me parece justo mencionar lo ocurrido en este comentario.
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