Hotel que siempre había sido un referente en Benalmadena, la comida, ha bajado en calidad y variedad, adaptándose a los clientes extranjeros, franceses, ingleses, etc. al parecer son los que mandan, o mejor dicho, don dinero manda. Muy triste ver como por recepción se pasean incluso hacen su check-in, sin camisetas, descalzos, y que nadie les llame la atención, una pena. El personal en general, muy amable, pero las normas son las que son y permisividad total ante todas estas cosas. Todo lo expuesto, y algunas situaciones más, respecto a la libertad de los clientes extranjeros que son el 95%, hacen que este gran Hotel, que fue en su momento, vaya bajando de categoría. No sé, si me explico, el disfrute, el pasarlo bien, tanto extranjeros y no extranjeros, no está reñido con unas normas básicas, que bajo mi opinión, debería imponer el hotel por el bienestar de todos los clientes y para recuperar la categoría del Hotel Estival Torrequebrada.
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