Fantástica experiencia, muy limpio, amplio, cómodo y preciosas vistas. Los dueños viven arriba, son muy amables, ella habla francés pero hacr intentos por comunic****, él habla francés y algo de inglés para enternos un poco. La atención ha sido muy buena. La habitación y el baño dan al jardín de su propiedad, con vistas a otras casas y a los Pirineos, se puede aparcar junto a la casa. El desayuno lo ponen en un carrito a la hora acordada en la puerta de la habitación, podíamos tomarlo dentro (hay una mesa con sillas) o fuera en una mesa de picnic. Muy buen desayuno con productos elaborados por ellos: varios tipoa de panes, mermeladas caseras, mantequilla, nos dieron a elegir té o café, zumo, yogurt casero buenísimo y tarta de manzana casera espectacular. Nos quedamos con ganas de repetir otra noche. Volveremos seguro. La casa está cerca de un pueblecito pequeño, la carretera es de un carril con bastantes curvas pero muy bien conservada. El pago tiene que ser en efectivo.
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