Volví a este hotel después de 8 años. Las habitaciones son igual de cómodas y el hotel está siendo remodelado, el restaurant ofrece desayunos abundantes. Y lo que hizo esta experiencia tan agradable fue sin duda la gente que trabaja en este hotel, que te atiende con una súper sonrisa! Todo el personal te hace sentir súper cómodo. En recepción están dispuestos a ayudarte en lo que sea, el mejor café te lo tomas en el coffee bar hecho por una excelente barista, puedes llegar a la hora que sea y te sientes seguro, la atención en el restaurante es súper. Las señoras de limpieza súper dispuestas a ayudarte. En fin, lo mejor del Wyndham es SU GENTE! Gracias a todos, en especial a Carmen Durán, que gentilmente me ayudó cuando tuve que adelantar mi viaje y acortar mi estadía, a todos en recepción en especial a Vicente. A Daniela y su delicioso café (gran barista, por cierto) a los señores Jarlin y Josimar pendientes de la seguridad. Se me escapan nombres, así que a todos MIL GRACIAS!
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