Apartamentos Tramuntana

Los apartamentos están muy bien, limpios y con el espacio más que suficiente para los 4 que fuimos. La amabilidad del personal es admirabe: te facilitan toda la información necesaria, te ayudan a entrar en coche al sitio (que es un poco complicado de explicar) y te dirigen al párking. Los apartamentos están en el centro del pueblo , al lado de la plaza de la iglesia y a un paso de la playa, así que emplazamiento ideal. Lo único el parking un poquito lejos para ir con dos niños, pero también llevable. Nosotros tuvimos la mala suerte de que nos hizo muy mal tiempo, pero en temporadas altas seguro que es una zona con mucha vida. Lo recomiendo y volveremos.

El apartamento estaba limpio y reformado, las dos habitaciones y el salón/cocina eran amplios, el baño un poco justo. Mobiliario barato pero en buen estado. Se agradecería que hubiera puertas en los armarios de las habitaciones. También contaba con una buena terraza. Sólo desayunábamos en el apartamento y no echamos en falta nada, aunque el microondas no funcionaba bien y estaba oxidado. El aire acondicionado sólo estaba en el salón/cocina, pero era suficiente para enfriar también las habitaciones abriendo las puertas. Hay sombrillas y toallas de playa gratis. Está bien situado en el pueblo, aunque a mí no me gustó la zona. Cuenta con un parking descubierto, cerrado y gratuito a unos 5 minutos andando, porque junto a los apartamentos es imposible aparcar. Cobran 20 € de depósito por la llave. No pudimos contar con la piscina, que no se encuentra en el mismo edificio, sino que es la piscina de un club cercano y cerraba a las 18:30. Fuimos el primer día y tuvimos que llamar la atención a unos guiris mamados que estaban haciendo el bestia y molestando. El segundo día estaba tomada por jovenzuelas con flotador y el cubata en la mano; y por jovenzuelos cocidos haciendo el animal. Nos fuimos y ya no volvimos a intentarlo. Cambio de toallas cada 2 días, alguna de ellas bastante deshilachada. Creo que las sábanas no las cambiaron en las 7 noches, alguna tenía un agujero de quemadura de cigarro, al igual que la colcha. Es barato para ser Ibiza, en cualquier otro sitio de la península sería caro. Esto supone que la mayoría de los clientes son grupos de jóvenes que van a darlo todo. Tuvimos suerte porque los de la habitación de al lado se iban de juerga sobre las doce de la noche, que es cuando nos dormíamos nosotros, así que sólo nos tocaba aguantar su música unos 15 minutos. Personal muy amable y dispuesto. WiFi potente.